domingo, 12 de julio de 2015

De tal Padre tal Hijo, 2013


Esta película puede entenderse como una meditada crítica al modelo social japonés de constante competitividad por alcanzar posiciones de éxito profesional. Sin caer en la caricatura, el director Hirokazu Kore-Eda toma una posición clara al respecto y la va desarrollando sin apuro a medida que la película avanza y se van desarrollando los personajes. Tanto por el llamado a redefinir las prioridades como por el ritmo pausado, la película recuerda cintas como Twilight Samurai (2002) y Love and Honor (2006) de Yoji Yamada.

De tal Padre tal Hijo es la historia de una familia encabezada por Ryota Nonomiya, un exitoso arquitecto que emplea todo su tiempo en el trabajo, su esposa Midori y su pequeño hijo Keita. El niño es muy tímido y trata obedientemente de responder a los esfuerzos que hace su padre por hacer de él un hombre destinado al éxito, inscribiéndolo en escuelas caras, poniéndolo en cursos de piano y otras disciplinas que intenta obedientemente, pero para las cuales claramente no tiene talento ni interés.

Un día las autoridades del hospital donde nació Keita los contactan para comunicarles que al nacer, el verdadero hijo de Ryota y Midori fue intercambiado por el de otra pareja, lo que desata un drama existencial y una serie de hechos incómodos, como el tener que entablar contacto con el otro matrimonio y decidir qué hacer, devolver al niño que han criado como propio o dejar las cosas como están.

Esta anécdota es utilizada para elaborar una reflexión acerca del sentido de las cosas. El conflicto más fuerte lo lleva Ryota, quien ve la oportunidad de tener al hijo que siempre quiso, un niño muy diferente a Keita y en quien poder proyectar sus ansias de éxito, pero pronto se dará cuenta que renunciar a Keita no es tan fácil y comenzará a cuestionarse su propia vida.


La fuerza de la película radica en la posibilidad del espectador de identificarse con los personajes al no haber sido estos construidos en base a estereotipos del cine. Los niños son tal cual uno esperaría, inocentes e ingenuos, no cometiéndose el error de mostrarlos haciendo cosas de adultos, ni diciendo cosas que no se esperaría que dijeran a su edad. Lo mismo puede decirse respecto de los adultos, personajes universales, con problemas comunes y corrientes, especialmente la familia biológica de Keita encabezada por el simplón y amable Yudai (quien se roba la película), su mujer y sus tres hijos, quienes representan lo opuesto al soberbio Ryota.

Por la austeridad de su tratamiento, De tal Padre tal Hijo a ratos parece un documental, efecto logrado gracias a la excelente interpretación de los actores y a un guión que no se precipita hacia un desenlace o a un giro inesperado sino que se apoya en el desarrollo de la historia y el mundo interior de los personajes, especialmente el de Ryota quien de alguna manera representa el modelo socioeconómico de Japón.

sábado, 6 de junio de 2015

Snowpiercer (설국열차, 2013)

Sin duda lo mejor del cine coreano que he visto este año, aunque la película es del 2013. Un ejemplo de acción y suspenso ambientado en un futuro distópico postapocalíptico, muy superior a los productos con similar ambientación que nos entrega Hollywood con cierta regularidad (los Juegos del Hambre, Soy Leyenda y similares)

Este es el tipo de cine que nos perdemos gracias a las distribuidoras que nos dejan a la cola cuando se trata de películas que no les aseguren una ganancia rápida y como por estos lados el cine asiático no pega mucho... Si no fuera por internet (en pop corn time se puede ver) y algunas tiendas especializadas (como Fílmico en el paseo las palmas, donde la tienen en dvd y blu-ray) no tendríamos forma de verla.

Snowpiercer es la última película del joven y talentoso director sur coreano Bong Joon-Ho de quien ya (no) vimos la excelente Memories of Murder (2003) y la no tan excelente pero aclamada The Host (2006). Con esta entrega Bong Joon-Ho confirma su talento para poner en escena el mejor thriller al más puro estilo Hitchcock.

Se trata de una película atípica en el mundo del cine asiático, porque a pesar de ser completamente coreana, es hablada en inglés y la mayor parte del elenco es estadounidence o europea, con actores de la talla de Tilda Swinton (irreconocible), John Hurt (quien una vez más hace de anciano acabado) y el siempre eficiente y calvo Ed Harris.

En un mundo congelado luego de un fallido intento por acabar con el calentamiento global enviando unos misiles a la estratosfera, solo un pequeño grupo de personas ha logrado sobrevivir gracias a que alcanzaron a subirse a un tren super tecnológico que corre a toda velocidad sin pararadas, por unas vías que dan la vuelta al mundo.

Han pasado años y mientras afuera todo sigue congelado a cientos de grados bajo cero, dentro del tren las personas sobreviven en un régimen de terror. Las clases superiores, dueños de los recursos y de las armas, viven en los primeros vagones y mantienen oprimido a todo el resto que vive a la cola del tren en condiciones parecidas a Auschwitz. Hay una especie de guardia interna que se encarga de controlar a las clases inferiores, dirigidos por la cruel y sarcástica Mason (Tilda Swinton).

La historia se centra en Curtis (Chris Evans) quien orquesta un alzamiento en contra de los poderosos con el que pretende llegar hasta la cabeza del tren, apoderarse de la sala de máquinas y matar a Wilford el misterioso diseñador de la máquina, pero para ello debe primero vencer a los guardias armados y encontrar la manera de abrir las puertas que impiden su avance. Aquí es cuando entra en acción Namgoong Minsu (Song Kang-ho), un coreano que diseñó el sistema eléctrico del tren y que supuestamente les ayudará una vez lo liberen de la cárcel donde se encuentra.

A medida que el grupo va avanzando (una decisión muy inteligente fue situar siempre la cámara a la derecha de los actores, siguiendo todo el tiempo el mismo sentido de avance) se va encontrando con todo tipo de obstáculos y sorpresas cada vez más chocantes e inesperadas, lográndose un ritmo de in crecendo en el suspenso.

La película está inspirada en una bande dessinée titulada Le Transperceneige (1982), de Jacques Lob y Jean-Marc Rochette. Fue producida entre otros por Park Chan-wook (Old Boy), experto en poner en escena historias de violencia explosiva. Entre sus curiosidades está el hecho de haber sido la película más rentable en ser estrenada en el sistema Video on Demand en EEUU, mercado en el cual se estrenó en los cines una versión 20 minutos más corta que la original y con un final diferente, gracias al criterio mercantilista de Harvey Weinstein.




martes, 2 de junio de 2015

The Fake (Saibi, 2013)

De Asia, en el género de la animación la hegemonía indiscutida la tiene Japón. Cada año son decenas las producciones animadas de todo tipo y para todos los públicos que la isla del sol naciente entrega al mundo, copando el mercado con los ya clásicos animé muchos de ellos inspirados en casos exitosos del también pujante mercado del manga.

Por eso es extraño cuando aparece por ahí en algún festival o tienda especializada alguna producción animada de otra nacionalidad, sobre todo cuando se trata de un largometraje hecho para el cine y no de una serie para televisión.

Es el caso de la pertubadora The Fake, segundo largo animado del coreano Yeon Sang-ho, quien antes dirigió The King of Pigs (2011), otra película animada que por estos lados no llega ni de broma.

The Fake es una oscura película, cuya efectividad le debe mucho a la paleta cromática elegida y a la acertada elaboración de escenarios.


Se narra la historia de una serie de personajes en un decadente pueblo que está a punto de desaparecer bajo las aguas por una represa que se está construyendo cerca. Todos los personajes llevan vidas tristes, sin sentido. Algunos tienen trabajos tediosos sin perspectivas de mejorar algún día, otros están ancianos y enfermos, etc. Lo único que tienen en común es que se han entregado a las prédicas de un grupo de estafadores que se hacen pasar por líderes evangélicos, quienes a cambio de los ahorros de los lugareños prometen solucionarles todos sus problemas y asegurarles un cupo en el cielo donde solo hay cabida para 144 mil personas. Todo marcha sobre ruedas para los timadores hasta que aparece en el pueblo Kim Min-chul, un sujeto violento y alcohólico que se obsesiona con liquidar al líder de la banda de estafadores como una venganza personal a raíz de una paliza recibida por parte de este en un bar de mala muerte.

Se arma así un juego de persecución y castigo, pero por las motivaciones equivocadas. No queda claro quien es peor, si los criminales que lucran con las esperanzas de la gente o el monstruo que los persigue para saldarse una cuenta personal. Al final las víctimas sufren tanto a manos de unos como del otro, no ofreciendo la película ninguna salida ni esperanza.

La película no tiene nada que ver con las cintas animadas japonesas tipo Ghibli y otras. Es unan cinta que perturba y deja con un sabor amargo, cosa ya difícil de lograr en una cinta con actores, mucho más tratándose de una animación, razón por la cual creo se merece todos los premios que ha recibido en diversos festivales.

Premios

2013: Festival de Sitges: Mejor película de animación
2013: Festival de Gijón: Mejor película de animación (ex-aequo)
2014: Festival de Annecy: Sección oficial largometrajes a concurso

domingo, 24 de mayo de 2015

When Marnie Was There (Omoide no Marnie, 思い出のマーニー , 2014)


De no ser por su reciente renuncia al estudio Ghibli, se podría pensar en Hiromasa Yonebayashi como un digno sucesor del retirado Hayao Miyazaki, pero este talentoso director decidió emprender otros rumbos lo que resulta preocupante, porque después de Miyazaki solo va quedando en Ghibli su hijo Goro, quien con dos películas a su haber no ha demostrado tener el talento de su padre (aunque para ser justo, La Colina de las Amapolas está bastante bien lograda). En una reciente entrevista, Miyazaki declaró que actualmente Ghibli no tiene ninguna nueva producción en agenda por lo que When Marnie Was There podría ser la última película de esta casa de la animación que cambió la historia del animé y del cine animado.

Esta es la segunda cinta de Yonebayashi después de la excelente Arrietty y el mundo de los diminutos (2010), también realizada en Ghibli. Con esta nueva cinta,  Yonebayashi logra mantener esa sensibilidad especial que es el sello de las cintas que salen de este estudio.

Esta película conserva algunos de los elementos típicos del universo de Miyazaki, como es el tema central acerca de los conflictos internos de una adolescente, no obstante se trata de una cinta con una sensibilidad más adulta, siendo a la vez más moderada en el desbordado despliegue de fantasía que ha caracterizado a los filmes de este estudio.

Como sucede con todas las cintas de Ghibli, la calidad de la animación deja con la boca abierta a pesar de haber un escaso uso del digital (tal vez por esa misma razón) y ello, junto con exquisitos detalles y el ritmo pausado de la narración, logran transmitir un sensación de estar realmente en los lugares por los que merodea la protagonista, sobre todo cuando se trata de parajes naturales como la orilla de un río o un sendero a través de la hierba.



La historia es acerca de Anna, una adolescente que vive atormentada y con una bajísima autoestima, provocada por la temprana pérdida de sus padres. Ella vive con una tía en Sapporo y la situación se hace tan difícil que esta decide enviarla por una temporada a vivir al campo, en Hokkaido, a casa de unos parientes. Allí Anna intenta insertarse en este nuevo y tranquilo entorno, pero sin éxito porque el problema es ella. Esto la hace entrar nuevamente en su mundo interior y en estas circunstancias conoce a la misteriosa Marnie, una niña europea que vive en una mansión abandonada que se encuentra a las afueras del pueblo. Ambas se hacen amigas entrañables y en la medida que la amistad evoluciona, Anna va descubriendo hechos que tienen que ver con su propia historia.

El tratamiento de lo fantástico es el que suele encontrarse en todas las películas de Ghibli, es decir, la protagonista acepta sin cuestionamientos a esta niña que evidentemente viene de otro plano de la existencia y tampoco se ofrecen innecesarias explicaciones a la audiencia, haciendo que la historia se centre en mundo interno de la protagonista y su evolución.

Como señala Miyazaki, la era de la animación con lápiz y papel está llegando a su fin y bien puede ser esta una de las últimas exponentes de esa técnica. Si es así, When Marnie Was There es digna de bajar esa cortina.

Dirección: Hiromasa Yonebayashi
Producción: Toshio Suzuki
Guión: Hiromasa Yonebayashi, Keiko Niwa, Masashi Ando
Basada en La novela Cuando Marnie estuvo allí de Joan G. Robinson
Música: Takatsugu Muramatsu


viernes, 6 de febrero de 2015

Black Coal Thin Ice (白日焰火, 2014)


Black Coal Thin Ice, de Diao Yinan, es una película china del género policial, ganadora del oso de oro en el pasado festival de Berlín y que llama mucho la atención por varias cosas.

La primera es que a pesar de tener los típicos elementos del film noir (policía autodestructivo atormentado con un pasado turbio, mujer fatal, intento de redención, marginalidad) es una película que al mismo tiempo tiene características de la nueva narrativa oriental del cine de autor, recordando a ratos al cine de Hong Sang Soo o el de Tsai Ming Lian.

La anécdota es bastante clásica para una película del género. En 1999 en el norte de China, trozos de un cuerpo humano aparecen enterrados en el carbón en una planta termoeléctrica y un grupo de policías comienza una serie de interrogatorios, partiendo por la mujer de la supuesta víctima. La película se centra en uno de los policías, Zhang Zili , alcohólico, violento y que acaba de divorciarse, por lo que no se encuentra del todo concentrado en su trabajo. Una noche, en un descuido, un sospechoso mientras es interrogado saca un arma y mata a dos detectives, hecho que termina de destruir a Zhang Zili profesional y psicológicamente. Pasan los años y Zhang Zili está desempleado y solitario, vagando por las calles de una ciudad congelada cuando otros cuerpos son hallados en similares condiciones a las del asesinato cometido años atrás lo que le motiva a retomar el hilo de la investigación, comenzando por Wu Zhizhen la bella y misteriosa mujer de la víctima del primer asesinato, quien está conectada sentimentalmente con las nuevas víctimas, convirtiéndola en el centro de atención de las autoridades. A poco andar surge una relación sentimental entre ambos y evidentemente que Wu Zhizhen  sabe más de lo que cuenta.

De buenas a primeras se podría pensar que se trata de una película más del género del cine negro, pero hay una serie de características que nos remiten a otro universo. Narrativamente la cinta no avanza unidireccionalmente rumbo a la solución del crimen. Ni siquiera nos lleva siempre en la dirección de la evolución del personaje principal. Hay largos planos donde aparentemente no sucede nada y de manera muy poética, se nos sugiere el mundo interior de los personajes mediante imágenes muy bellas de nubes, fuegos artificiales y oscuras estaciones de tren.

Hay pocas escenas de acción y la violencia no es el epicentro del relato, tratándose eso sí, de una cinta opresiva, que deja la sensación de que los personajes están atrapados en su propio anonimato, en una China descomunal donde lo que les suceda no tiene mucha importancia.  La acción se desarrolla en lugares anónimos de la ciudad con muy poca luz. No hay música incidental (o no se nota) y hay largos planos, a diferencia de la acción trepidante con un montaje con cortes excesivos al que estamos acostumbrados. Por estas razones puede ser una cinta que decepcione a quien crea encontrarse con la versión china de Old Boy, pero se trata de un thriller diferente, que propone una nueva mirada sobre un género en cierta medida agotado.



lunes, 22 de diciembre de 2014

Confessions, 2010 (Kokuhaku, 告白?)

Confessions es una película que viene a sumar un título más a la estantería de cine sobre adolescentes perdidos, abuso en el colegio y venganza (Battle Royale y todas las películas de profesores luchando por causas perdidas).

La película es sobre uno de los temas favoritos del cine oriental moderno, la venganza, en este caso una inteligentemente planificada, donde al espectador se le van dando pistas falsas a fin de sorprenderlo con aparentes giros argumentales. La premisa es muy simple y las bases del relato se establecen desde el principio, al estilo de las películas de Hitchcock.  En una sala de clases, luego de que los alumnos han bebido la leche en caja que se les ha repartido, la profesora Yuko Moriguchi les confiesa que dos de ellas estaban inoculadas con la sangre de su marido, un profesor que acaba de morir de Sida. Se trata de la leche que le dio a dos alumnos a quienes ella acusa de haber asesinado a su pequeña hija, recientemente ahogada en una piscina cercana. La profesora no revela los nombres de los dos alumnos, pero el resto del curso fácilmente deduce de quienes se trata.

Este es el inicio de la película y todo el resto sirve para ir desvelando lo que verdaderamente ocurrió y las consecuencias de la hábil venganza de la profesora, que no ha hecho más que comenzar.

Para ir armando el relato, el director Tetsuya Nakashima se vale de una estética publicitaria, profusa utilización de cámaras lentas, flashbacks y otros artilugios que le otorgan a la cinta una dimensión épica en la representación de la violencia, que va creciendo a medida que el relato progresa. Esto le valió a Confessions ser una de las películas más taquilleras en de la historia del cine de Japón y ser nominada a mejor película extranjera para los Oscar 2011 (que finalmente no ganó).

La cinta habla sobre la banalidad del mal, representado en la insensibilidad de los adolescentes alumnos de Yuko ante el sufrimiento ajeno y las absurdas motivaciones que los mueven a causar un daño irreparable. En este sentido, recuerda a ratos la excelente Funny Games (1997) de Michael Haneke, no obstante en este caso el argumento nos ofrece una melodramática explicación para el comportamiento de los asesinos.

Si bien se trata de una película hábilmente montada, donde el interés no decrece debido a la eficiencia de recursos técnicos utilizados con este objetivo, por la misma razón es una película que se queda en la superficie de los personajes y de las situaciones que plantea, no pasando de ser un relato entretenido sin mayores pretensiones, diseñado para encantar a un público adolescente.


sábado, 20 de diciembre de 2014

Las nuevas poéticas del cine asiático

El cine comercial en su vocación de espectáculo se basa en la repetición, abordando la misma historia desde diferentes aproximaciones narrativas y estéticas o valiéndose de novedades tecnológicas, pero siempre al servicio de la representación del cuento concebido a partir de la premisa del viaje que debe emprender el héroe para resolver un problema que pone en jaque su existencia.

Como respuesta, a lo largo de la historia del cine ha habido cineastas que han hecho esfuerzos por apartarse del mainstream, tratando de subvertir lo que ellos han considerado paradigmas de la industria, tratando de elaborar un discurso propio, una narrativa diferente a la establecida en las bases de la industria. Fue el caso en su momento de los cineastas de post guerra en Europa (neorrealismo en Italia y nueva ola en Francia) y posteriormente los del fallido Dogma, todas ellas corrientes que tuvieron su eco en las cinematografías orientales y que por razones comerciales no fueron populares en occidente.

Actualmente hay varios cineastas tanto en Europa, como en América y Asia que no obedecen a las estructuras clásicas del relato en su cine o bien, que están más interesados en lo que ocurre en las periferias, poblando sus filmografías con personajes marginales que se desenvuelven en los extramuros y cuyas historias lejos de ser épicas, no pasan de ser anécdotas o un asomo a la cotideaneidad de sus existencias.

Se trata de un cine de preguntas y no de respuestas como la ha definido Michael Haneke, fiel representante de esta nueva narrativa junto a otros cineastas occidentales como Leo Carax (Holly Motors), Gaspar Noé (Enter the Void), Jim Jarmusch (Dead Man, 1995) y Carlos Reygadas (Post Tenebras Lux, 2012), por mencionar a algunos de los favoritos de los festivales.

No obstante, en los último años han sido los asiáticos quienes han representado con más fuerza esta nueva forma de hacer cine. Se trata de autores que, en respuesta al exagerado mercantilismo que ha caracterizado al desarrollo del cine en sus respectivos países, reniegan de las estructuras clásicas y de los géneros, o bien los utilizan exageradamente elaborando un cine caricaturesco (Takeshi Kitano y Takashi Miike son los ejemplos más notables de ello en Japón)

Nuestra Sunhi, 2013. Película de Hong Sang-soo
Corea del sur, país que desde mediados de la década de los noventa ha experimentado un crecimiento sin paralelo de su industria cinematográfica, está pasando por una especie de agotamiento creativo, evidente en el excesivo número de películas que año a año produce, casi todas con temáticas que giran en torno a asesinos en serie, secuestradores de niños, venganzas sangrientas y mucha violencia no siempre justificada. En respuesta, autores como Hong Sang-soo (Woman is the Future of Man, 2004 y Nuestra Sunhi, 2013), Lee Chang-dong (Poetry, 2010 y Secret Sunshine, 2007) y el popular Kim Ki-Duk (El arco, 2005) acaparan la atención internacional cada año con sus películas sobre lo cotidiano, el desencuentro, la incomunicación o la melancolía, con personajes que transitan por territorios fronterizos en una permanente búsqueda (Hong Sang-soo sitúa sus historias en barrios periféricos de Seúl y los personajes de Kim ki Duk viven siempre en pequeñísimos espacios en lugares indefinidos).

Se trata de cinematografías que cuentan trozos de historias, sin un principio y un desenlace propiamente tales. Los espectadores principiantes en este tipo de cine deben hacer uso de mucha fuerza de voluntad para no abandonar la sala o presionar el stop del control remoto, pero cuando se logra superar esa barrera, la recompensa es la sensación de haber entrado durante un tiempo indefinido en otro mundo, como un sueño o una vivencia no siempre agradable, pero intensa.  Es lo que pasa con películas como The River (1997), del Taiwanés Tsai Ming Liang, que tiene un ritmo de letanía en un ambiente extremadamente húmedo y con personajes enfermos, que producen una angustia pegajosa que solo se acrecienta a medida que la película avanza. Algo parecido pasa con cualquiera de las películas del taiwanés Apichatpong Weerasethakul, como por ejemplo Uncle Bonmee (2010) en la cual se nos lleva como espectadores en un viaje onírico por las emociones del personaje protagonista y la relación con sus antepasados en una Tailandia misteriosa, colorida y calurosa, pero a la vez muy lejos de todos los cliché que en torno a ella pueblan el cine.

Si bien es muy difícil y probablemente estéril tratar de encontrar un corpus en torno a la filmografía de todos estos cineastas, dado lo diverso de sus películas y planteamientos, es posible afirmar que todos tienen en común el interés central en el ser humano y sus relaciones y no en la anécdota o el conflicto, el que cuando está presente se subordina a la reflexión en torno a alguno de los temas antes mencionados. A continuación, algunas de las películas que a mi juicio son representativas de esta manera de hacer cine.


Uncle Bonmee (ลุงบุญมีระลึกชาติ; 2010)

Tropical Malady (สัตว์ประหลาด, 2004)

The River (河流, 1997)

The Wayward Cloud (天邊一朵雲,  2005)































Woman Is the Future of Man
(여자는 남자의 미래다, 2004)

The Day a Pig Fell into the Well
(돼지가 우물에 빠진 날, 1996)













sábado, 22 de noviembre de 2014

Dersu Uzala (Дерсу Узала, Dersú Uzalá, 1975)

Dersu Uzala es la película con la que  el "emperador" Kurosawa regresó a la dirección después del fracaso de su experimental Dodesukaden (1970), con la que buscaba dar un giro a su larga y exitosa carrera basada en la popularidad de sus filmes Jidaigeki, género en el que ya se sentía creativamente agotado.

Este fracaso motivó un intento de suicidio de Kurosawa, quien sentía que ya no tenía nada más que aportar al cine y por lo tanto lo único que quedaba era una muerte digna y honorable, al estilo de los antiguos Samurai que poblaron su filmografía.

Afortunadamente para el mundo, el maestro no era tan bueno cortando con la navaja como lo era haciéndolo en la sala de edición, tarea en la que ha sido reconocida su extraordinaria habilidad. Sobrevivió a este transe y se dio a la tarea de iniciar una segunda etapa en su carrera, producto de la cual surgieron algunas de sus mejores películas. Irónicamente las más reconocidas son del mismo género del que antes trató de librarse (Kagemusha, 1980 y Ran, 1985)

Pero no fueron el público ni la academia niponas quienes sacaron a Kurosawa de su desesperada situación tras el rotundo fracaso de Dodesukaden, sino que fue el Gobierno de la URSS quien le ofreció la oportunidad de dirigir una película basada en la clásica novela titulada Dersu Uzala, del escritor ruso Vladímir Arséniev, en la que narra sus aventuras de exploración de la zona oriental de Rusia, en la selva de la cuenca del río Ussuri.

La historia es una de aventuras, de exploración de parajes remotos e indomables. Trata acerca de la relación conflictiva entre el hombre moderno (el propio Arséniev, puesto que el relato es el de la exploración que él mismo protagonizó) y la naturaleza, abordando el tema de la fragilidad del explorador moderno en este entorno salvaje.

El relato se articula en torno a una entrañable relación de amistad, aquella entre el capitán Arséniev y Dersu Uzala, un cazador de la tribu china Hezhen (interpretado por el actor ruso Maksim Munzuk) con el que el oficial se topa accidentalmente en medio de la Taiga, durante una de sus exploraciones. Dersu es la representación del "buen salvaje", el hombre sabio que literalmente habla con la naturaleza y que gracias a su conocimiento de la misma, salva al capitán Arséniev y su tropa de morir de frío y de hambre en al menos dos ocasiones.

Kurosawa se preocupa de enfatizar la superioridad moral y espiritual de Dersu, que en su simplicidad y generosidad es más apto para sobrevivir en este medio hostil que los hombres de la ciudad, quienes representan la irracionalidad y el egoísmo. Dersu no entiende porqué un hombre se ve motivado a robar sus bienes a otro y se pone furioso cuando a su paso por la selva los soldados van borrando las señales que él va dejando para que algún futuro viajero no se pierda.

El encuentro entre Dersu y Arséniev es representado como el encuentro de dos mundos de alguna manera incompatibles, siendo el de Dersu un mundo en extinción y el del capitán, uno condenado también a desaparecer algún día debido a su incomprensión de lo fundamental. De este modo, la amistad entre los dos personajes resulta fatal para Dersu, quien es "contaminado" por su prolongado contacto con los hombres de la ciudad y comete la torpeza de matar al tigre de la selva, considerado un espíritu poderoso. Este hecho desencadena la decadencia de Dersu, quien entre otras cosas comienza a tener problemas de visión, impidiéndole cazar, lo que lo obliga a ir a vivir a la ciudad con su amigo el capitán. En este nuevo medio, Dersu pasa de ser el hombre fuerte a ser una pobre criatura desvalida que no comprende los códigos básicos de existencia. Por ejemplo, se enfurece con el vendedor de agua por el hecho de cobrar dinero a cambio de un recurso que existe abundantemente en el río y en otra oportunidad es arrestado por la policía por haber cortado un árbol de la plaza para hacer leña.

Cansado de la ciudad y resignado a volver a la selva a pesar de su problema de visión, Dersu se despide del capitán y de su familia, no sin antes recibir de manos del capitán un rifle de alta precisión que este le regala para facilitarle la cacería, hecho que significará más tarde la muerte de Dersu a manos de un asaltante que lo asesina para robarle el rifle.

No obstante lo interesante del personaje, Kurosawa no profundiza demasiado en Dersu y a partir de la segunda parte, la película se centra en la representación de la naturaleza, para lo cual el director se valió de una excelente fotografía y efectos de sonido. Tal vez por esta razón, Dersu Uzala no está entre las mejores cintas de Kurosawa, quien además tuvo algunos problemas con los productores de la película quienes cortaron varias escenas para la versión que finalmente fue distribuida, algo inaceptable para el autor y que lo llevó a afirmar que nunca más volvería a filmar en Rusia.


Fecha de estreno: 2 de agosto de 1975 (Japón)
Director: Akira Kurosawa
Historia creada por: Vladímir Arséniev
Música compuesta por: Isaac Schwartz
Guión: Akira Kurosawa, Yuri Nagibin

Reparto:
Maxim Munzuk es Dersú Uzala
Yuri Solomin es Capitán Vladimir Arseniev
Svetlana Danilchenko es Anna Arsenieva
Dima Korshikov es Vova Arseniev
Suímenkul Chokmorov es Zchan Bao
Vladimir Kremena es Turtyguin
Aleksandr Pyatkov es Olentiev

domingo, 27 de julio de 2014

El viento se levanta (Kaze Tachinu, 風立ちぬ, 2013)



Basta con decir que esta es la última película del maestro Miyazaki, para que seguidores en todo el mundo hayan corrido a verla (o a conseguirla en nuestro caso, dado que seguramente no se va a estrenar acá) deseando ver una nueva historia llena de magia, fantasía exuberante y nostalgia a raudales, todo ello en la dosis justa para transportarnos a nuestra niñez y hacernos sentir emociones que creíamos olvidadas.

Pero el Viento se Levanta es una película diferente a los trabajos previos del Walt Disney Japonés, así como de algún modo le era Ponyo en el Acantilado (2008). En este caso Miyazaki hace un giro y nos entrega una historia más apegada a los cánones convencionales del cine que sus entregas anteriores, lo que puede llegar a decepcionar a quienes buscan un nuevo viaje de Shihiro u otra princesa Mononoke.

martes, 1 de julio de 2014

Megadesastres en el audiovisual Nipón

Godzilla contra King Ghidorah
El cine ha sido en el pasado reflejo de los temores de la sociedad, como ocurrió en los 50 y 60 en los EEUU, cuando las pantallas se llenaron de ovnis y extraterrestres invadiendo Washington, reflejo del miedo a una guerra con la URSS y el consecuente conflicto nuclear. Películas como It Came from Outer Space (1953), Invation of the Body Snatchers (1956) y Night of the living Dead (1968) son claro ejemplo de este sentimiento de incertidumbre que se prolongó hasta entrada la década de los 80. El Cyberpunk en el cine y la literatura, con personajes como Terminator no son más que una manifestación de ello.
Japón es un país donde al igual que en los EEUU el medio audiovisual ha gozado desde siempre de una gran popularidad y por ende, el cine y la tv niponas han sabido reflejar los temores y los traumas de su pueblo, quienes a diferencia de los Estadounidences, saben de lo que hablan cuando se trata de representar el Apocalipsis urbano.
Sin duda la segunda guerra mundial marcó un antes y un después en el audiovisual japonés. La derrota sufrida por el Imperio, el sentimiento de culpa por la destrucción acarreada producto del afán expansionista y las bombas atómicas han marcado a los japoneses y también a su cine, lo que se ha hecho patente en el éxito que gozan allá las películas sobre monstruos gigantes, máquinas destructoras, invasiones extraterrestres.

sábado, 26 de abril de 2014

El Imperio de las Pasiones (愛の亡霊 Ai no Bōrei, 1978)

El Imperio de las Pasiones es la siguiente realización de Nagisa Oshima luego de El Imperio de los Sentidos, no obstante a pesar de la similitud de títulos y del actor protagonista, se trata de películas muy diferentes.


Ambas comparten el hecho de narrar la historia de una pasión exacerbada, la de una pareja maldita que sobrelleva su relación aislada de su entorno. Pero El Imperio de las Pasiones no tiene la vocación provocadora e irreverente que suele encontrarse en la filmografía de Oshima. Es una película bastante más convencional que su predecesora en todo sentido, incluyendo el tratamiento de la sexualidad que en esta película está dentro de lo esperable para la época. Comparten ambas eso sí, el sentido de claustrofobia, no física sino más bien existencial puesto que esta película está filmada casi completamente en exteriores y en paisajes naturales.

La historia, ambientada a finales del siglo XIX en el Japón rural, es la de Seki (Kazuko Yoshiyuki), una campesina que vive una vida feliz con su marido Gisaburo (Takahiro Tamura) y su pequeño hijo en un pueblo perdido en medio de la ruralidad de Japón, hasta que su existencia se ve alterada por la aparición de Toyoji (Tatsuya Fuji), un joven soldado que ha regresado hace poco de la guerra y que la seduce, convirtiéndose de este modo en amantes.

La vida en el pueblo está fuertemente marcada por las estaciones y Oshima hace hincapié en esta idea del ciclo en la existencia de los personajes, a través de la insistente presencia de la rueda (Gisaburo es el hombre del carrito del pueblo). Esta monotonía ha sido rota para Seki y Toyoji gracias a la relación clandestina que han iniciado, pero que no es sostenible en un pueblo tan chico. Ante la insoportable idea de tener que volver a su existencia normal y separarse, Toyoji le propone a Seki asesinar a Gisaburo, a lo que ésta en su debilidad, accede. 


viernes, 18 de abril de 2014

El Imperio de los Sentidos (Ai No Korida, 1976)


"Nada de lo que se expresa es obsceno, lo que es obsceno es lo que se oculta. Cuando se nos da la libertad de verlo todo, la obscenidad y el taboo desaparecen". Estas fueron las palabras de Nagisa Oshima, en respuesta a los cargos de obscenidad por los cuales era juzgado en 1978 en Japón, a raíz del estreno de El Imperio de los Sentidos.

Filmada hace casi 35 años, es una película muy distinta a lo que uno está acostumbrado a ver en el cine japonés. La audacia de Oshima al atreverse a mostrar sexo explícito en esta película lo sitúa en el panteón de los cineastas que se la juegan por el escándalo para remover conciencias e incentivar el debate en torno a ciertos tópicos sociales y políticos. No es que en Japón la pornografía sea un tabú, que por cierto no lo es, pero en ese país y en varios otros (Chile entre ellos) la película ha sido motivo de censura o bien de debate por su contenido sexual y no por otros atributos.


sábado, 22 de febrero de 2014

Kwaidan (怪談 1965)


Kwaidan, es una película escrita y dirigida en 1965 por Masaki Kobayashi (La condición Humana, 1959, Harakiri, 1962) inspirada en los relatos del periodista irlandés naturalizado japonés Lafcadio Hearn (1850 - 1904). El título proviene de su libro Kwaidan: Stories and Studies of Strange Things (1903)

La película es una colección de cuatro cuentos de terror ambientados en la era Edo, cuando el Japón era una sociedad feudal. Son historias moralisantes, en las que los protagonistas son castigados por alguna negligencia que a ojos de los espíritus resulta imperdonable.

Esta película no está en la lista de los grandes logros del cine japonés y ni siquiera es considerada una gran obra dentro de la filmografía de Kobayashi, no obstante ha ido adquiriendo un cierto estatus de película de culto al menos en occidente. La razón para ello puede deberse a su belleza visual y una cierta ingenuidad en el relato y en la puesta en escena.


miércoles, 12 de febrero de 2014

The Yellow Sea (Hwanghae, 2010)


Película Sur Coreana, dirigida por Na Hong-jin , director de The Chaser (Chugyeogja, 2008). Narra la historia de Gu-nam, un taxista que apenas se gana la vida en la provincia China de Yambian, ubicada entre Rusia y Corea del Norte.

Al perder su trabajo, acosado por los prestamistas y sin posibilidad de llevar una vida digna, Gu-nam decide emprender rumbo a Seul, en búsqueda de su esposa quien partió unos años antes como avanzada para abrir camino a una mejor existencia de ambos y de su pequeño hijo. Pero Gu-nam no ha tenido noticias de su esposa en mucho tiempo y teme que esta tenga otra pareja.

Desesperado y ante la imposibilidad de costearse un pasaje, acepta el ofrecimiento de Myun Jung-hak (Kim Yoon-seok), un mafioso local, de pagarle un viaje en tren a Seul para asesinar a un empresario a cambio de una suculenta suma. Gu-Nam acepta y una vez instalado en Corea del Sur pasa mucho tiempo preparándose para el momento del asesinato observando a su víctima y planificando hasta el mínimo detalle mientras al mismo tiempo va averiguando acerca del paradero de su mujer.


sábado, 7 de diciembre de 2013

Stoker (2013)

Park Chan-Wook aterriza en la industria americana con este thriller psicológico inteligentemente narrado, en tono de cuento para niños subido de tono, pero sin el fin de enseñanza moral que justificaba la violencia en esos relatos.

Al contrario, aquí el tema central es el proceso mediante el cual India Stoker la adolescente protagonista va conociéndose a si misma y paso a paso va dejando salir al monstruo en el que finalmente se convertirá, proceso gatillado por su tío Charlie, que llega a alterar el aparente equilibrio familiar luego de la muerte del padre de India.

A poco andar, sabemos que Charlie es un asesino cuya influencia en India la va transformando en una especie de versión mejorada de su tío en el ejercicio del mal, debido a su inteligencia superior y a las enseñanzas de su fallecido padre, quien la introdujo en el arte de la cacería.

Como suele ser en el cine de Park Chan-Wook, el tono y el ritmo de la narración son más bien pausados, con una fotografía muy cuidada y planificada (a cargo de Chung-hoon Chung). El tono cromático de la película está al servicio de la narración y la violencia se expresa a través de chorros de sangre, como es tradicional en cierto tipo de cine oriental.

Las actuaciones están bastante bien, sobre todo la de Mia Wasikowska (India) y como siempre Nicole Kidman no decepciona, pero es el tono y el arte de la película lo que más llama la atención.

Este es uno de los pocos ejemplos en los que un director extranjero en Hollywood puede mantener su estilo narrativo. Por eso no va a decepcionar a sus seguidores.