martes, 2 de junio de 2015

The Fake (Saibi, 2013)

De Asia, en el género de la animación la hegemonía indiscutida la tiene Japón. Cada año son decenas las producciones animadas de todo tipo y para todos los públicos que la isla del sol naciente entrega al mundo, copando el mercado con los ya clásicos animé muchos de ellos inspirados en casos exitosos del también pujante mercado del manga.

Por eso es extraño cuando aparece por ahí en algún festival o tienda especializada alguna producción animada de otra nacionalidad, sobre todo cuando se trata de un largometraje hecho para el cine y no de una serie para televisión.

Es el caso de la pertubadora The Fake, segundo largo animado del coreano Yeon Sang-ho, quien antes dirigió The King of Pigs (2011), otra película animada que por estos lados no llega ni de broma.

The Fake es una oscura película, cuya efectividad le debe mucho a la paleta cromática elegida y a la acertada elaboración de escenarios.


Se narra la historia de una serie de personajes en un decadente pueblo que está a punto de desaparecer bajo las aguas por una represa que se está construyendo cerca. Todos los personajes llevan vidas tristes, sin sentido. Algunos tienen trabajos tediosos sin perspectivas de mejorar algún día, otros están ancianos y enfermos, etc. Lo único que tienen en común es que se han entregado a las prédicas de un grupo de estafadores que se hacen pasar por líderes evangélicos, quienes a cambio de los ahorros de los lugareños prometen solucionarles todos sus problemas y asegurarles un cupo en el cielo donde solo hay cabida para 144 mil personas. Todo marcha sobre ruedas para los timadores hasta que aparece en el pueblo Kim Min-chul, un sujeto violento y alcohólico que se obsesiona con liquidar al líder de la banda de estafadores como una venganza personal a raíz de una paliza recibida por parte de este en un bar de mala muerte.

Se arma así un juego de persecución y castigo, pero por las motivaciones equivocadas. No queda claro quien es peor, si los criminales que lucran con las esperanzas de la gente o el monstruo que los persigue para saldarse una cuenta personal. Al final las víctimas sufren tanto a manos de unos como del otro, no ofreciendo la película ninguna salida ni esperanza.

La película no tiene nada que ver con las cintas animadas japonesas tipo Ghibli y otras. Es unan cinta que perturba y deja con un sabor amargo, cosa ya difícil de lograr en una cinta con actores, mucho más tratándose de una animación, razón por la cual creo se merece todos los premios que ha recibido en diversos festivales.

Premios

2013: Festival de Sitges: Mejor película de animación
2013: Festival de Gijón: Mejor película de animación (ex-aequo)
2014: Festival de Annecy: Sección oficial largometrajes a concurso

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