domingo, 12 de julio de 2015

De tal Padre tal Hijo, 2013


Esta película puede entenderse como una meditada crítica al modelo social japonés de constante competitividad por alcanzar posiciones de éxito profesional. Sin caer en la caricatura, el director Hirokazu Kore-Eda toma una posición clara al respecto y la va desarrollando sin apuro a medida que la película avanza y se van desarrollando los personajes. Tanto por el llamado a redefinir las prioridades como por el ritmo pausado, la película recuerda cintas como Twilight Samurai (2002) y Love and Honor (2006) de Yoji Yamada.

De tal Padre tal Hijo es la historia de una familia encabezada por Ryota Nonomiya, un exitoso arquitecto que emplea todo su tiempo en el trabajo, su esposa Midori y su pequeño hijo Keita. El niño es muy tímido y trata obedientemente de responder a los esfuerzos que hace su padre por hacer de él un hombre destinado al éxito, inscribiéndolo en escuelas caras, poniéndolo en cursos de piano y otras disciplinas que intenta obedientemente, pero para las cuales claramente no tiene talento ni interés.

Un día las autoridades del hospital donde nació Keita los contactan para comunicarles que al nacer, el verdadero hijo de Ryota y Midori fue intercambiado por el de otra pareja, lo que desata un drama existencial y una serie de hechos incómodos, como el tener que entablar contacto con el otro matrimonio y decidir qué hacer, devolver al niño que han criado como propio o dejar las cosas como están.

Esta anécdota es utilizada para elaborar una reflexión acerca del sentido de las cosas. El conflicto más fuerte lo lleva Ryota, quien ve la oportunidad de tener al hijo que siempre quiso, un niño muy diferente a Keita y en quien poder proyectar sus ansias de éxito, pero pronto se dará cuenta que renunciar a Keita no es tan fácil y comenzará a cuestionarse su propia vida.


La fuerza de la película radica en la posibilidad del espectador de identificarse con los personajes al no haber sido estos construidos en base a estereotipos del cine. Los niños son tal cual uno esperaría, inocentes e ingenuos, no cometiéndose el error de mostrarlos haciendo cosas de adultos, ni diciendo cosas que no se esperaría que dijeran a su edad. Lo mismo puede decirse respecto de los adultos, personajes universales, con problemas comunes y corrientes, especialmente la familia biológica de Keita encabezada por el simplón y amable Yudai (quien se roba la película), su mujer y sus tres hijos, quienes representan lo opuesto al soberbio Ryota.

Por la austeridad de su tratamiento, De tal Padre tal Hijo a ratos parece un documental, efecto logrado gracias a la excelente interpretación de los actores y a un guión que no se precipita hacia un desenlace o a un giro inesperado sino que se apoya en el desarrollo de la historia y el mundo interior de los personajes, especialmente el de Ryota quien de alguna manera representa el modelo socioeconómico de Japón.

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