domingo, 10 de marzo de 2013

Donald Richie; Cien Años de Cine Japonés.

Donald Richie, fallecido en febrero pasado en Tokyo, es uno de los académicos occidentales más citados y respetados al momento de referirse a estudios sobre diversos aspectos del cine japonés. Llegó a la isla en la segunda guerra mundial permaneciendo allí como parte de las fuerzas de ocupación.

Fue cautivado por el cine y la cultura de Japón, lo que le llevó a convertirse en ensayista sobre cine y arte japoneses. Con residencia en la Isla, se trasformó en una suerte de embajador cultural no oficial de Japón, promoviendo entusiastamente el cine nipón en los EEUU a través de numerosos libros, ensayos y entrevistas.



Algunos de sus trabajos sobre aspectos generales y específicos de este cine son The Japanese Film: Art and Industry (1959), Cien Años de Cine Japonés (2001) y The Films of Akira Kurosawa (1968), este último una completísima revisión con comentarios, reflexiones y bellas fotografías de toda la filmografía de Kurosawa.

Para el aficionado al cine japonés son valiosas las entrevistas a Richie que Criterion Collection suele incluir en ediciones para DVD de algunas películas japonesas, como la contenida en Fires on The Plain (1959) sobre el cine de Kon Ichikawa.

Richie fue en gran medida responsable de "rescatar" el cine japonés para occidente o mejor dicho, de revertir la ignorancia occidental respecto de este cine, ignorancia que se agudizó en la postguerra producto de la censura impuesta por las autoridades de la ocupación que veían en este cine una amenaza al proceso de occidentalización de la sociedad nipona, que se habían empeñado en implementar. Producto de ello muchísimas cintas fueron quemadas, perdiéndose de este modo para siempre gran parte del patrimonio cinematográfico y cultural de Japón (y del mundo).

En el libro Cien Años de Cine Japonés el autor hace un recorrido a lo largo de la historia del cine nipón desde sus inicios a fines del siglo 19 (En Japón el cine prosperó como arte casi desde su invención). Se describen numerosas películas de la era muda, cuando el cine no era otra cosa que teatro filmado, la mayoría de las cuales están perdidas y sólo se cuenta con fotografías y referencias escritas de personas que las vieron en su momento.

El libro incluye una amplia guía de películas por orden alfabético, indicando cuáles es posible conseguir en el mercado, en qué formato (video, DVD), incluye los títulos originales y se hacen comentarios sobre aspectos como la calidad de la traducción y de la copia disponible.

Se detiene en determinados cineastas como el ya mencionado Kon Ichikawa y el maestro Yasujiro Ozu, concentrándose en su influencia en la historia posterior del cine japonés y la que ejercieron en cineastas contemporáneos. Se hace un detallado recorrido por las más importantes películas de Kurosawa, Mizogushi, Naruse y Kobayashi, describiendo no solo aspectos propios del filme sino de su proceso de producción, la relación de amor odio que solían tener estos autores con los estudios para los que trabajaban y el particular modelo de producción en serie de la industria fílmica japonesa.

Es posible conocer a través de las páginas de este libro a algunos cineastas japoneses no muy difundidos en occidente, pero cuyas películas es posible encontrar y apreciar mejor después de haber conocido el contexto social y político en el que fueron realizadas. Es el caso de por ejemplo Iroshi Teshigahara y su Mujer en las dunas (1964).

Si hay un aspecto deficitario del libro es tal vez la escaza referencia a cineastas contemporáneos relevantes como son Takeshi Kitano y Takashi Miike entre otros, no obstante se detiene con bastante detalle en algunos cineastas a los que se puede catalogar de “modernos” como Nagisa Oshima y Shoei Imamura, representantes de la denominada “nueva ola” del cine japonés.

De este modo, Cien años años de Cine Japonés permite conocer aspectos fundamentales de la historia del cine de Japón y por lo tanto de una parte de la historia de dicha nación, además de entregar claves para comprender este cine y por lo tanto poder apreciarlo mejor. Resulta de particular interés el glosario de la interminable lista de términos que existen para referirse a categorías y subcategorías en el cine japonés relacionado con estilos, épocas, géneros y tendencias de toda índole.

Este libro es sin duda lectura obligada para los aficionados al cine japonés y para los estudiosos del cine en general, puesto que permite ampliar los horizontes del panorama académico del cine demasiado occidental y europeo.

Para mayores referencias recomiendo la siguiente reseña publicada por David Bodwell en su blog http://www.davidbordwell.net/blog/2013/02/25/donald-richie/

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