Recordado por haber escandalizado al mundo y haber puesto a prueba los límites de la censura en varios países con su aún hoy censurada El imperio de los sentidos (1976), Oshima más que un provocador era un inconformista, un cineasta hastiado de las convenciones del cine japonés y que se propuso, al igual que como lo hicieron otros inconformistas en los 60 en Francia, cambiar, subvertir las reglas del juego con que se hacía cine en Japón.
Oshima es un cineasta cuya motivación inicial para hacer cine estaba radicada en los movimientos políticos que tuvieron lugar también en Japón en la década del 60, en un proceso muy similar al acontecido en Europa, particularmente en Francia.
Al igual que la llamada generación de los Cahieristas (Godard, Truffaut, Resnais, etc), Oshima buscó romper con las estructuras clásicas del cine que se hacía en Japón, para liberarlo de su "japonesismo" y hacer de él un vehículo de expresión de los temas contingentes y "reales" de su época. Se trataba entonces de hacer un cine político, que hablara de los problemas sociales de la juventud, “Cruel Story of Youth”(1960), la contingencia política y el movimiento estudiantil, “Night and Fog in Japan” (1960) o el drama de los inmigrantes coreanos en Japón, “Death by Hanging” (1968).
No obstante, en occidente se hizo famoso por sus películas posteriores, de la década del 70, debido a su carga erótica inusualmente intensa para la época.
En particular por la mencionada El Imperio de los sentidos (1976) que narra de manera explícita la relación sadomasoquista de una pareja en el japón de los años 30 y que culmina con una no menos explicita castración. Es una película que habla de la carne, es decir del aspecto físico de las relaciones humanas heterosexuales, sin cabida a los sentimientos. Mucho se ha escrito y hablado sobre esta película, hasta el día de hoy censurada en Japón, lo que juega en contra a la hora de apreciar el corpus fílmico legado por Oshima.
Esta película está emparentada con la posterior y menos lograda El imperio de las pasiones (1978), que le significó ganar el premio al mejor director en Cannes ese año. Como contrapunto a El Imperio de los sentidos, esta es también la historia de dos amantes, pero centrándose solamente en las pasiones que dicha relación desata, es decir, los celos, la venganza, la codicia y un crimen con su respectivo castigo.
Personalmente, me tocó conocer el cine del Sr. Oshima con una de sus últimas y más occidentales realizaciones. Merry Christmas Mr. Lawrence (1983), una extraña película ambientada en la segunda guerra mundial, que refleja de manera brutal el choque de culturas y la homosexualidad, en una época donde no era frecuente tratar el tema. Con un delgado e histriónico David Bowie, Ryuichi Sakamoto y Takeshi Kitano que interpreta a un cruel sargento en una de sus primeras apariciones en cine. Esta película se conoció en Chile con el título de Furyo siendo uno de los pocos casos en los que el título local es mejor que el original.
Posteriormente Oshima filmó muy poco, lo que le valió caer un poco en el olvido, pero ya había sentado las bases de su cine. Su última película, Gohato (Tabú, 1999) es una historia sobre la belleza física y su cualidad efímera, en un paralelo con lo efímero de la existencia. La historia se desarrolla al interior de la casa de un señor feudal del Japón de la era Edo y narra las luchas internas de los samurai por ganarse los favores sexuales de un hermoso y jóven aprendiz. La acción tiene lugar en el ocaso del japón feudal, cerrando un ciclo, terminando una era y poniendo fin a una carrera puesta al servicio de derribar rígidas estructuras como las descritas en este último filme.
Cuesta pensar en otro cineasta tan comprometido con su propia visión del cine y que haya podido llegar tan lejos con dicha visión en un medio tan conservador como el de Japón y por esa razón, vale mucho la pena revisar las películas de Nagisa Oshima.
Es interesante revisar un documental que hizo acerca del cine japonés titulado 100 años de cine japonés, donde de manera bastante exhaustiva hace un viaje personal por la historia del cine japonés deteniéndose en el período en el que él mismo comenzó a hacer cine.
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